Viernes, 11 de abril de 2025
Comentario al Evangelio del Domingo por Monseñor Jesús Sanz
La semilla de Dios en mi libertad
Este domingo se nos habla de semillas, de lluvia que las riegan, de libertad que permite que sencillamente sean. Acaso para nuestra cultura tecnificada y asfáltica, puede que nos venga raro o lejano el discurso, pero vale la pena asomarse a él humildemente, como quien puede y quiere aprender algo que nos corresponde de veras. Cuando el hombre se abre al don de Dios manifestado en su Palabra, ceden las esclavitudes y saltan nuestras cadenas, y empezamos a ser en verdad hijos de Dios como nos dice la segunda lectura (Rom 8,18-23). No siempre la libertad del hombre está abierta al don de Dios, por eso existe un gemido, una tristeza, una frustración que nos vela la gloria para la cual hemos sido hechos.
La Gracia de Dios es como la lluvia, nos dibuja bellamente Isaías en la primera lectura, pero si nuestros cauces de absorción están embotados, cerrados a cal y canto, Él respetará delicadamente nuestra cerrazón y ni siquiera nos humedecerá el más grande de los torrentes, por más que Dios quiera empaparnos. Este es el plan de Dios, su proyecto y su deseo. Pero Él no lo impone, sino que lo propone, dejando la última palabra a nuestra libertad. Tremendo misterio y responsabilidad.Así se entiende esta parábola que Jesús mismo explica a sus discípulos. La semilla es la misma, pero los terrenos de acogida no. Y aquí está la cuestión, como plásticamente va desgranando la parábola: no entender la Palabra de Dios porque no nos ha calado (la semilla que cae en el camino); no cuidar eso que se ha entendido ya pero que no nos ha llegado hasta el fondo de nuestro corazón (la que cae en terreno pedregoso); pretender escuchar al mismo tiempo a Dios y a otros que contra Él hablan, yéndonos al final tras los seductores de turno haciendo así estéril lo que el Señor sembró en nosotros (lo sembrado entre zarzas).
Pero también existe el terreno humilde, que acoge con sencillez, aunque sea lento e incluso torpe en asimilar. Importa menos la celeridad y la cantidad del fruto (unos dan ciento, otros sesenta, otros treinta por uno), lo único importante es haber acogido esa semilla de su Palabra y que nos fecundice. ¿No quiere Dios sembrarse en nosotros para en nosotros fructificar otra vez el don de la paz y de la gracia, el de la luz y la misericordia, el del perdón y la alegría... todos esos frutos que nuestro amado mundo no consigue fabricarse y que sin embargo necesita más que nunca? ¡Qué hermosa es la vida de tanta gente sencilla que sin troníos ni alharacas se han dejado fecundar por Dios, por su lluvia y su semilla! El pueblo nuevo de Dios es un pueblo que huele a tierra mojada de la que nacerá en libertad ese mundo según el corazón de Dios. Basta no cerrarse. Basta creerlo, acogerlo y compartirlo. Ojalá tengamos oídos para oír, corazón para acoger y manos para compartir la semilla de cuanto Él hace y dice en nuestra pequeñez.
+ Fr. Jesús Sanz Montes, ofm Arzobispo de Oviedo
Columnistas
Vance es un peso pesado intelectual, un político-filósofo. Entre sus influencias están la doctrina social de la Iglesia, el pensamiento de René Girard y las ideas de teóricos postliberales como Sohrab Ahmari o Patrick Deneen Publicado en el Debate
Por Francisco J Contreras Leer columna
La subida global de temperaturas y la conveniencia de ir sustituyendo las fuentes de energía tradicionales (gas, petróleo y carbón) por otras más sostenibles es un tema de permanente actualidad tanto en los medios de comunicación como en la política. Frente a la versión aplastantemente mayoritaria del problema y sus soluciones, el ciudadano atento y bien informando acaba descubriendo algunos problemas a los que no se les presta demasiada atención. En este artículo se presentarán algunos de ellos
Por Francisco Javier Garcia AlonsoLeer columna
La propuesta que más influyó para atraer el voto de muchos europeos hacia las nuevas derechas es el rechazo a las políticas que facilitan la inmigración incontrolada, pues están convencidos de que aumenta la delincuencia y favorece la islamización de Europa
Por Angel Jiménez LacaveLeer columna
La alternativa a la "justicia social" no es un escenario de pobres muriéndose en las aceras por falta de recursos para pagarse un hospital. La alternativa sería una sociedad en la que, con una presión fiscal que fuese muy inferior a la actual, la gran mayoría de la gente se las arreglase muy bien por sí misma, sin depender de papá Estado. Publicado en el centro Covarrubias
Por Francisco J Contreras Leer columna
Este hombre de 82 años ha hecho más daño al sanchismo en dos meses que Feijóo y sus diputados en esta legislatura
Por Rafael Sánchez SausLeer columna
En su libro “Agenda 2033, nueva y eterna”, Eduardo Granados presenta una propuesta para que pongamos nuestra mirada en 2033, fecha en la que se cumplen dos mil años de la Redención. En 2033 confluyen las celebraciones del bimilenario de la institución de la Eucaristía, de la muerte y resurrección de Cristo y del nacimiento de la Iglesia. En esta entrevista el autor nos da las claves de esta original propuesta.
Por Teodoreto de Samos Leer columna
Detrás de tanta normativa milimétrica se agazapa una desconfianza descomunal en la gestión privada, que actúa como un implícito reproche moral. Publicado en El Debate
Por Enrique García MáiquezLeer columna
Occidente no perdió el rumbo en 1776, sino en 1917 y 1968.
Por Francisco J Contreras Leer columna
Sólo el advenimiento de los Reyes Católicos, y el resultado de su prodigiosa obra, pudo superar, andando el tiempo, esa primacía en la memoria de los castellanos. Pero para ello hubieron de pasar casi doscientos cincuenta años Publicado en El Debate
Por Rafael Sánchez SausLeer columna
Cabe resaltar aquí lo afirmado por el fiscal jefe de la Audiencia Nacional: "En definitiva, da igual el explosivo que se utilizara, lo cierto es que todas las pruebas apuntan a que estos personajes fueron los que cometieron ese atentado y la trama asturiana proporcionó los explosivos" (sic).
Por Ana María Velasco Plaza Leer columna