Martes, 26 de noviembre de 2024
Entre llamamientos a la abstención y al boicot por el movimiento 20 F y los islamistas
Los marroquíes acuden hoy a las urnas para elegir el nuevo Parlamento
Los marroquíes están llamados este viernes a las urnas para elegir el nuevo Parlamento en la última etapa del proceso de reformas iniciado el pasado mes de marzo por el rey Mohamed VI que tuvo su punto álgido en la aprobación de la nueva Constitución el pasado 1 de julio en referéndum. La nueva Carta Magna, que limita los poderes del monarca, amplía el papel del Parlamento y estipula que el primer ministro será el líder del partido más votado.
Así las cosas, 13,6 millones de marroquíes están llamados a votar para elegir a los 395 miembros de la Cámara de Representantes de entre las 7.102 candidaturas repartidas en 1.546 listas y 92 circunscripciones. Para estos comicios anticipados, los 31 partidos que concurren han optado por una amplia renovación de sus listas, acercándose algunos de los principales partidos, como el Istiqlal, el Partido Justicia y Desarrollo (PJD) o la Unión Socialista de Fuerzas Populares (USPF) al 50 por ciento.
Por otra parte, en el marco de la renovación que los partidos marroquíes parecen querer hacer de la vida política del país, más de la mitad de los candidatos son menores de 45 años. Así, los que tienen entre 35 y 45 años representan el 30,15 por ciento, y los que tienen menos de 35 años suponen el 27,09 por ciento. Los mayores de 55 años solo representan ahora el 15,16 por ciento, mientras que los que están entre los 45 y los 55 años suponen el 27,6 por ciento.
Asimismo, casi la mitad de los candidatos que concurren a estos comicios tienen un nivel de estudios superior (46,42 por ciento), mientras que el 38,62 por ciento tienen estudios de secundaria y el 12,14 por ciento han estudiado solo primaria. Los candidatos analfabetos solo representan el 2,82 por ciento, según los datos publicados por Le Matin.
COALICIONES Y ALIANZAS
Dado que en Marruecos está prohibido por ley realizar sondeos de opinión, resulta difícil vaticinar qué partido será el más votado en estos comicios, algo especialmente importante en esta ocasión, ya que de sus filas saldrá quien reciba el encargo del rey de formar el nuevo gobierno, y que no necesariamente debería ser su líder, ya que la Constitución estipula que procederá "del partido en cabeza en las elecciones (...) y teniendo en cuenta sus resultados".
Esto parece dar a entender que además de proceder del partido más votado, el candidato a primer ministro debería contar con el respaldo necesario en la Cámara, de ahí el que las principales formaciones hayan optado por mantener sus coaliciones tradicionales o formar otras nuevas.
Frente a estas, "el PJD está presentando la tercera vía entre la revolución y la incertidumbre del sistema actual", defiende uno de sus dirigentes, Mustapha Jalfi, en declaraciones a la BBC. "Presentamos la vía de la reforma sin perder la estabilidad, la unidad del país, pero al mismo tiempo promoviendo la agenda democrática de Marruecos", asegura.
En todo caso, el secretario general del partido, Abdelilá Benkirane, ha dejado la puerta abierta a un posible acercamiento a la Koutla, la coalición histórica que conforman el Istiqlal (conservador), la USPF y el Partido del Progreso y el Socialismo (PPS), actualmente en el Gobierno, pero "sin descartar la posibilidad de iniciar contactos con el conjunto de los protagonistas".
No obstante, Benkirane ha considerado que las alianzas que se han formado para estas elecciones son "contra natura", con la excepción de Koutla. El líder del PJD se refería así a la nueva Alianza para la Democracia (APD), creada el mes pasado y que aglutina a ocho formaciones de distintas corrientes políticas.
El actual ministro de Economía y líder de la Agrupación Nacional de Independientes (RNI), Salahedine Mezouar, se ha erigido en su cara más visible y son muchos los que le ven como el futuro primer ministro, si bien una de sus bazas es el Partido Autenticidad y Modernidad (PAM). Esta formación, creada en 2008 por Fouad el Himma, amigo personal de Mohamed VI, ha cosechado buenos resultados en las elecciones municipales y sería uno de los motivos por los que el monarca, al parecer, ve con buenos ojos a esta coalición.
También forman parte de esta coalición Movimiento Popular (MP), partido que actualmente participa en el Gobierno del primer ministro Abbas el Fassi (Istiqlal), así como el Partido Socialista (PS), Partido de la Izquierda Verde (PGV), Partido Laborista (PT), Partido del Renacimiento y la Virtud (PRV) y la Unión Constitucional (UC).
La formación de la APD, según ha explicado el secretario general del PAM, Mohamed Cheij Biadilá, ha venido motivada por el deseo de hacer llegar a los electores "nuestra visión común desde del punto de vista tanto del discurso como del programa" y para favorecer "la polarización de la escena política". No obstante, las ocho formaciones han presentado listas separadas para la votación de mañana.
En cuanto al Istiqlal, la otra principal fuerza en Marruecos, todo apunta a que Abbas el Fassi no repetiría como primer ministro. Así, en caso de una victoria de este partido se habla ya de otros nombres como el ministro de Transportes, Karim Ghellab, el ministro de Asuntos Económicos, Nizar Baraka, o el exministro de Turismo Adil Douiri.
ABSTENCIÓN Y BOICOT
Pero las elecciones de este viernes podrían contar con un invitado inesperado: la abstención. Esta es quizá la mayor sombra que planea, puesto que una elevada tasa de abstención podría interpretarse como un rechazo a las reformas formuladas por el rey Mohamed VI.
En todo caso, los marroquíes, aparentemente desencantados con sus políticos, también se abstuvieron de forma masiva en los comicios de 2007, en los que solo votó el 37 por ciento de los censados.
Sin embargo, en esta ocasión hay otro factor a tener en cuenta, el llamamiento al boicot que ha realizado el Movimiento 20 de Febrero, creado emulando los grupos de protesta que derrocaron a los regímenes de Egipto y Túnez el pasado invierno, pero que en Marruecos no ha tenido tantos seguidores, congregando a algunos miles de personas en sus manifestaciones.
"Pedimos el boicot porque la Constitución no es democrática y (...) permite a la Casa Real dominar a las autoridades militares, ejecutivas, religiosas y judiciales", explica Najib Chawki, activista de este movimiento, a Reuters. "El Ministerio del Interior sigue controlando estas elecciones, hemos visto el regreso de políticos infames por su implicación en casos de corrupción como candidatos", denuncia.
A este llamamiento se ha unido el principal partido islamista marroquí, Justicia y Caridad, prohibido por las autoridades. "¿Qué objetivo tienen estas elecciones? ¿Son realmente un mecanismo para la devolución del poder?", considera esta formación en un comunicado. "Los contextos político, constitucional y legal vacían los comicios de cualquier esencia democrática", denuncia.
Por otra parte, Human Rights Watch (HRW) ha pedido este miércoles a las autoridades marroquíes que dejen de acosar a las personas que llaman al boicot de las elecciones porque, como ha recordado la directora de la organización para Oriente Próximo y el norte de África, Sarah Leah Whitson, también están en su "derecho".
"El derecho a elegir libremente y hacer campaña" incluye también, según Whitson, "el derecho a no votar y a animar a otros a hacer lo mismo". "Acosar a las personas que apoyan el boicot es tan malo como acosar a quienes respaldan a un partido o candidato en particular", ha lamentado en un comunicado.
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